Tras superar el cerco sanitario por la propagación de la influenza aviar, el pollo argentino y los huevos regresan al mercado europeo. Las autoridades sanitarias celebraron de nuevo la apertura comercial, una vez que se afinaron exhaustivos controles en todas las granjas avícolas de la región.
Este logro se alcanzó gracias a un trabajo conjunto entre el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Cancillería y la Secretaría de Agricultura. Vale acotar que el primer caso de influenza se detectó a principios de este año y aunque fue en aves migratorias, no tardó en extenderse hasta las unidades de producción.
Por lo tanto, en volumen (tolenadas), la venta de carne aviar argentina a nivel internacional bajó un 28 por ciento. A partir de allí, las medidas fueron radicales para el combate de la enfermedad. Por ello, seis meses después, el 7 de agosto recuperó su estatus como país libre de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), avalado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Las labores de desinfección abarcaron tanto el sacrificio de algunas aves, como la limpieza permanente y un plan de vigilancia epidemiológico, destinado a comprobar la ausencia de casos.
La respuesta fue positiva por parte de la Comisión Europea, lo cual evidencia el éxito de las gestiones realizadas por la embajada de Argentina. Para los productores, se trata de una excelente noticia que les permitirá recuperarse económicamente, luego de que la facturación mermara en un 35%.
Oficialmente, según el reglamento (UE) 2023/1664, la carne aviar ingresará de nuevo al mercado europeo. Cabe resaltar que en el 2022, la exportación de pollo hacia Europa se elevó a 7,8 millones de euros, lo cual se traduce en un incremento del cien por ciento, si se compara con lo obtenido en el 2021.
Según las estadísticas oficiales, la carne que más se consume en Argentina es la bovina en un 46%, luego la de pollo en un 39% y por último la de cerdo, en un rango del 15% aproximadamente. Por tal motivo, los analistas se refieren a un entorno favorable, de crecimiento sostenido.
De hecho, en el 2003 la cifra de consumo per cápita fue de 20 kilogramos, mientras que en el 2019 fue de 43 Kg por persona al año. En efecto, la influenza trajo consigo cuantiosas pérdidas. Alcanzar una producción de carne aviar en Argentina de 1.000 millones, es la meta que se trazó este año la industria.
Sin embargo, un punto a considerar con respecto al consumo de pollo en Argentina, son los cambios de hábitos por la inflación. En efecto, el poder adquisitivo ha hecho que supere la compra de carne de res, la cual se sitúa en mínimos históricos, de acuerdo con estadísticas de la industria ganadera.
Además, con respecto a lo obtenido en el 2022, representantes del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), confirmaron que la carne de pollo llegó a 2,45 millones de toneladas. Por ende, el consumo fue de 47 kilos anuales por habitante.
Para el 2025, se prevé situar este indicador en 48 Kg, de modo que la industria avícola argentina se encuentra apegada a planes estratégicos. Uno de los logros, es la evolución del sector, al erradicar contundentemente la gripe aviar, guiando al productor en temas de manejo y sanidad animal.
En función de añadirle formalidad al protocolo de negociación internacional, el CEPA emitirá certificados sanitarios a los países que importen el pollo argentino. Bajo la denominación de “zonificación dinámica”, esperan recuperar las ventas –especialmente en China- garantizando la adquisición de un producto proveniente de una zona libre.
Otros mercados que importan la proteína corresponden a:
Mantener un protocolo de bioseguridad en granjas, es crucial para el éxito de la producción.
