La avicultura de puesta es una industria elemental para el consumo. La genética influye en la calidad de las aves y en la cantidad de huevos que producen, mientras que la nutrición es esencial para preservar la salud y el rendimiento.
Gracias al incremento de la demanda de reproductoras, las grandes compañías en el mundo como Lohmann Breeders ampliaron sus operaciones, extendiendo su accionar desde Alemania, hasta España, Escocia y Canadá.
Desde allí, se despertó el interés por las nuevas tendencias en líneas puras, cuyos programas de selección se enfocan en maximizar el progreso genético.
Las aves de puesta seleccionadas genéticamente para esta industria, son aquellas que han demostrado una mayor capacidad para poner huevos de alta calidad, de manera constante. Las características incluyen la tasa de postura, la eficiencia en la conversión de alimento y la resistencia a enfermedades (supervivencia).
Con base en parámetros económicamente relevantes, también se determina el rendimiento. Algunos de ellos son:
Esto permite diseñar líneas de aves especializadas en la producción, lo que se traduce en un mayor número de huevos. Los avances en la genética también han contribuido con la reducción de costos por concepto de sanidad animal.
Y al comparar con otros elementos, se determina el índice de selección, para clasificar líneas puras y equilibradas en términos genéticos (blanca o marrón), donde la heredabilidad es prioridad.
Los estudios en detalle son los que permiten identificar desviaciones, vinculadas con la respuesta de selección (tamaño de los huevos, desarrollo deseado del ave, mortalidad).
La experiencia revela que emplear animales jóvenes en la selección genómica, permite evaluar el valor genético en fases tempranas, reduciendo la brecha generacional.
En la avicultura de puesta, este parámetro es esencial para garantizar que estén saludables y así, produzcan huevos de alta calidad, de manera constante.
Sus necesidades nutricionales son específicas y deben atenderse para conservar el rendimiento y bienestar. El suministro estratégico de alimento permitirá mantener la rentabilidad, considerando que entre el 60 y el 70 por ciento del costo operativo corresponde al alimento.
Efectivamente, el valor del pienso es bastante elevado y abarca gran parte del presupuesto . De acuerdo con Matthias Schmutz, director de investigación y desarrollo y genetista de Lohmann Breeders, mejorar la eficiencia a través de la selección no se orienta hacia la reducción del consumo de alimento, sino en el aumento de la producción con la subida racional de insumos.
De hecho, se ha demostrado que reducir el peso corporal para mejorar la eficiencia alimenticia es una táctica desfasada. Y aunque funcionó hace un par de años, ya no es recomendable debido a la pérdida de resistencia y robustez de las ponedoras marrones, cuyo límite de peso corporal llegó a 1,9 y 2 kilogramos.
La dieta para avicultura de puesta debe ser equilibrada en términos de energía, proteínas (perfil aminoácido), minerales, vitaminas y fibra insoluble, en niveles moderados. La energía proporciona la capacidad de poner huevos, mientras que las proteínas son importantes para la formación de la clara y la yema. Los minerales como el calcio son cruciales para la formación de la cáscara.
Además, las gallinas requieren un suministro constante de agua limpia y fresca para mantenerse hidratadas y asegurar la producción. Vale acotar que la falta de agua afecta negativamente la calidad de los huevos y reduce la tasa de postura. Por ende, se hace énfasis en el monitoreo y seguimiento de cada una de las etapas productivas.
Durante la fase de inicio, las aves demandan una dieta con alto contenido proteico para un crecimiento óptimo. A medida que maduran, se cambia para optimizar la postura. Los especialistas en nutrición señalan que es importante pensar en prolongar las funciones del tracto digestivo, en especial durante el período de recría-levante, que suele ser el más crítico.
Los factores nutricionales que afectan el crecimiento, el desarrollo y la uniformidad de la avicultura de puesta, tienen que ver con el manejo, el estrés y el programa de alimentación aplicado en la granja. El desempeño de las futuras ponedoras, dependerá de la madurez y composición corporal, al igual que la forma en que se presenta el alimento.
Aspectos como la iluminación de una granja propician el confort y bienestar animal.
