La alimentación del cerdo es un procedimiento realmente decisivo durante el levante, ya que de ello dependerá alcanzar el máximo rendimiento productivo. La eficiencia siempre estará sujeta a las prácticas de la granja, al igual que la rentabilidad, considerando que gran parte de los costos, se concentran en la nutrición animal.
A gran escala, la industria hace énfasis en el diseño de un programa de alimentación. Además, es fundamental que el productor tenga conocimiento de todas las variables que inciden en la ganancia de peso. La idea es obtener resultados en un tiempo razonable, mientras se aprovecha el potencial reproductivo de las hembras.
Dicho esto, lo primero es dominar el manejo por etapas. Así mismo, comprender las nociones suficientes sobre los nutrientes, las proteínas y demás características del alimento. Estos insumos, en promedio, engloban más del 70 por ciento del presupuesto de una granja, así que deben utilizarse de manera eficaz.
Desde el nacimiento, es posible graduar la cantidad de nutrientes que requieren los cerdos. De esta forma, se evita el exceso, la falta o el desperdicio de alimento, considerando que paulatinamente, se va adaptando al desarrollo digestivo del animal. Con el seguimiento adecuado de un plan de alimentación, se constatará el rendimiento de la producción.
Con fines netamente reproductivos, la tabla de alimentación del cerdo suele variar, según las siguientes categorías:
Destinados a cubrir la demanda del mercado, los animales obligatoriamente deben alcanzar un peso ideal. Por lo general, este valor se sitúa entre los 90 y los 120 kilos, que deben lograr en un lapso no mayor de 170 días. Esto significa que la ganancia de peso diario debe ser de 500 ó 600 gramos, desde que nacen hasta que van a matadero.
Al manejar genética, por supuesto que el proceso de engorde es más rápido y por ende, el peso es superior, debido a sus características magras.
Vale acotar que a partir del destete, cambia la alimentación del cerdo. Por ello, los especialistas destacan la importancia de separar las fases productivas. En este ciclo, señalan que es oportuno proceder a los 21 días, aunque también puede hacerse a los 28, cuando llegan a un peso superior a los 6 kilos.
Comienza justo después del destete y termina cuando el animal alcanza los 12 kilos. Esto ocurre entre 15 y 21 días.
Continúa tras superar los 12 kilos y cierra cuando el cerdo pesa 18 kilos. La duración también es de 15 días.
A partir de los 18 kilos, se considera que el animal ha entrado en la etapa de crecimiento. Esta culmina cuando llega a los 30 kilos, en un lapso de un mes, donde la ganancia de peso es de 7 y 12 kilogramos.
Prosigue cuando el cerdo pesa 30 kilos y finaliza a los 60. También dura 30 días, cuyo avance es de 20 y 30 kilos.
Conocida además como terminación, esta fase inicia a los 50 kilos y concluye a los 90, parámetro de peso que se alcanza entre los 50 y 60 días.
Cabe resaltar que estos valores están sujetos a cambios, pues dependen de la realidad de cada país, de la genética y de los requerimientos comerciales de la región.
Para que el plan de alimentación del cerdo sea efectivo, el productor debe conocer a profundidad cada una de estas etapas. Aunado a ello, manejar otra serie de factores, como la conversión alimenticia, el consumo, la ganancia diaria de peso y el tiempo que demora en alcanzar el valor ideal. Por último, el rendimiento en canal confirmará si la estrategia funciona.
Hay quienes señalan que el consumo es el punto más álgido de todo el proceso productivo de la granja. Esto, debido a que hay otra serie de elementos que entran en juego, como por ejemplo, el peso, las condiciones del lugar, la genética y el porcentaje de energía de la dieta (cereales).
Al monitorear el comportamiento del rebaño, es posible precisar si el consumo se ve afectado por la calidad del alimento, algún cambio de ingrediente, dosificación inadecuada, por enfermedad o por alguna desviación. Una de las tácticas para medir la conversión alimenticia, consiste en dividir el costo total del alimento entre los kilogramos de carne obtenidos en canal, cuyo porcentaje de cortes magros debe ser superior al 50 por ciento.
Y si de fines reproductivos se trata, la evaluación del programa obedece a la cantidad de lechones por cerda, al año. Para ello, se pesa a la madre luego del destete y se verifica si su ganancia de peso oscila entre los 10 y 15 kilogramos. Con base en esto, se aplica el plan especial de alimentación del cerdo.
Tras evaluar el rendimiento de la industria, las fábricas de alimento balanceado para animales (ABA), se han encargado de equilibrar el producto final. En líneas generales, el procesamiento incluye los cereales y demás proteínas vegetales, siendo la soja la más común.
Con base en los requerimientos energéticos, se efectúa la selección de la materia prima, sujeta a los más altos estándares de nutrición. La presentación es a granel y el tamaño del granulado depende también de la etapa de crecimiento y desarrollo.
Al eliminar residuos y partículas de polvo, es mucho más fácil el suministro en la granja, que se optimiza con comederos automáticos. La alimentación del cerdo, bajo la modalidad electrónica, fomenta la economía, previene la contaminación y permite que el productor tenga mayor precisión a la hora de evaluar el consumo.
En resumen, desde que nace hasta que finaliza la etapa de crecimiento, un verraco recibe hasta 6 dietas específicas que se aplican según el peso. Las vitaminas (A, C, D, E, K, B1, B2, B3, B6, B9 B12), las proteínas y los minerales (calcio y fósforo) responden a sus necesidades específicas.
A continuación, Violeta Guzmán, especialista en nutrición animal, detallará cuáles son los factores que inciden en la conversión alimenticia.
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