Una vez más, España da un paso al frente en lo relativo a la producción de cerdos, esta vez al aplicar una ley de videovigilancia en áreas de faena (en grandes establecimientos). La idea es promover buenas prácticas de bienestar animal, lo cual es obligatorio para mantener los estándares de calidad en la industria porcina.
En los pequeños frigoríficos, la disposición entrará en vigor en agosto del 2024. Mientras tanto, gran parte de los productores profesionales se han apegado a la normativa, al instalar voluntariamente las cámaras en sus granjas.
Incluso, desde el 2019, representantes de la compañía Interporc lanzaron el sello Compromiso Bienestar Certificado (hoy B+), con el cual innovaron en materia de confort animal. Esto incluyó la activación de equipos de video para monitorear el manejo.
Con el aval de la Entidad Nacional de Acreditación en España (ENAC), se aplica el Reglamento Técnico Interporc Animal Welfare Spain (IAWS). De este modo, se exige la instalación de un sistema de grabaciones continuo, otorgándole prioridad a las zonas de descarga, pasillos, procesamiento, entre otras, donde generalmente se observan los animales vivos.
Las imágenes deben guardarse durante un mes, a excepción de las que registren eventos riesgosos que atenten contra la integridad de los operadores o las instalaciones de la granja. Los frigoríficos o mataderos que requieran orientación, pueden acceder a los manuales diseñados por las asociaciones sectoriales.
La evidencia es clara al comprobar que la videovigilancia en áreas de faena es una herramienta más al servicio del productor. De esta forma, se apega a los más altos estándares de calidad de la industria porcina, cumpliendo con cada una de los requisitos legales.
Inclusive, el material obtenido de las cámaras funciona como soporte para el Servicio Veterinario de Control Oficial (SVO), el cual evalúa que en efecto, los frigoríficos cumplen con las pautas de bienestar animal.
Según reseña Fernández (2023) en la Comunidad Profesional Porcina, Israel fue uno de los países pioneros en la instalación de Circuitos Cerrados de Televisión (CCTV). En el 2016, el Ministerio de Agricultura emitió la orden, con la intención de que las imágenes –transmitidas en vivo- fueran remitidas a una sala central. Esto se convirtió en un elemento disuasorio para quienes incurrían en maltrato animal.
Luego, en el 2017, los Países Bajos se apegaron a esta directriz, pero la instalación de las cámaras se acordó de forma voluntaria en todos los establecimientos, independientemente de su tamaño.
No obstante, para Inglaterra, sí fue una medida obligatoria que se implementó en el 2018. Allí, se otorgó un plazo de seis meses y las imágenes se resguardan durante 90 días.
En este país, el control fue exhaustivo, ya que los equipos de video deben estar en todas las áreas con animales vivos. De hecho, la supervisión reflejó que no deben haber puntos ciegos, todo en función del beneficio de los cerdos, libres de estrés durante las operaciones.
Aunado a ello, las tomas tienen que ser lo suficientemente claras, por lo que en cuartos oscuros exigen cámaras de seguridad infrarrojas. Y más allá de esto, la ley indica que los operadores son los responsables de que el material grabado sea de calidad.
Por su parte, los trabajadores de las granjas deben recibir la formación necesaria para el almacenamiento y procesamiento de los datos obtenidos. Así, los inspectores pueden acceder e interpretar la información.
Paralelamente, en el 2018 Francia marcó la diferencia, al establecer que los sistemas de videovigilancia no son obligatorios, pero muy útiles en cuanto a pedagogía y prevención. En este sentido, se convirtió en una práctica voluntaria, destinada a crear conciencia en las unidades de producción y sensibilizar a los encargados del manejo animal.
A los fines de detectar irregularidades y aplicar correctivos, desde el 2021 se han ejecutado inspecciones sin previa notificación.
En Alemania, los acuerdos voluntarios tuvieron lugar en junio del 2020. Tanto las asociaciones comerciales, como las asociaciones civiles y rurales, en línea con los organismos oficiales -responsables de proteger al consumidor- evaluaron la línea para la instalación de sistemas de videovigilancia en áreas de faena, sin rango legal. Pero a futuro, las autoridades federales no descartan la promulgación de una ley.
Por último, Escocia se apegó obligatoriamente a la normativa de CCTV en frigoríficos en el 2021, con acceso al material sin restricciones, seguido de Gales e Irlanda del Norte, donde aún están en proceso de consulta y motivación con los implicados.
Aunque para Estados Unidos no es un método coercitivo, utilizan cámaras de seguridad desde hace más de 10 años, siempre al día con la tecnología y la innovación.
Es oportuno recalcar que España ofrece carne de cerdo con su debida certificación en todas las cadenas de distribución. Más del 60 por ciento de los productos que salen al mercado tienen su autenticación de calidad, en especial los que se expenden en: Alcampo, Ahorramas, Aldi, Carrefour y a nivel internacional, en Morrisons, Tesco y Soriana.
De esta forma, la industria porcina innova con base en la demanda y dinámica de consumo, donde cada día se exigen procedimientos éticos en las labores de faena. Y es que siguiendo el ejemplo de Inglaterra, Israel y Escocia, España es el primer país de la Unión Europea que incluye la videovigilancia en su legislación.
Conoce más sobre las ventajas y beneficios de implementar programas de bienestar animal en granjas porcinas.
